GNOSIS
UN CAMBIO VERDADERO
Por: samael aun weor
UN CAMBIO VERDADERO
Por: samael aun weor
El objeto de la
observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover un cambio
verdadero, efectivo...
Una vez que nos hemos
puesto, dijéramos, diestro en la observación de sí mismos, entonces viene el
proceso de eliminación.
De manera que hay,
propiamente, tres pasos en esta cuestión:
Primero, la
observación; segundo, el juicio crítico, y tercero, la eliminación de tal o
cual yo psicológico.
Al observar un yo,
debemos ver cómo se comporta en el centro intelectual, de qué manera, y
conocerle todos sus “juegos” con la mente; segundo, en qué forma se expresa a
través del sentimiento, en el corazón; y lo tercero, descubrir su modo de
acción en los centros motor, instintivo y sexual.
Obviamente, en el
sexo, un “yo” tiene una forma de expresión, en el corazón tiene otra forma, y
en el cerebro otra.
En el cerebro, un
“yo” se manifiesta a través de la cuestión intelectual: razones,
justificaciones, evasivas, escapatorias, etc., etc., etc.; en el corazón como
un sufrimiento, como afecto, como un amor aparentemente muchas veces (cuando es
cuestión de lujuria), etc., etc.; y en los centros motor-instintivo-sexual,
tiene otra forma de expresión, como acción, como instinto, como impulso
lascivo, etc., etc..
Por ejemplo, citemos
un caso concreto: lujuria.
Un “yo” de lujuria,
ante una persona del sexo opuesto, en la mente puede que se manifieste con
pensamientos constantes; podría manifestarse en el corazón como un afecto, como
un amor aparentemente puro, limpio de toda mancha, hasta tal grado, que podría
uno perfectamente justificarse y decir: “pero bueno, yo no siento lujuria por
esta persona, yo lo que estoy sintiendo es amor”...
Pero si uno es
observador, si le pone mucho cuidado a su máquina y observa al centro sexual,
viene a descubrir que en el centro sexual hay cierta actividad ante esa
persona; entonces viene a quedar evidenciando que no hay tal afecto, o el amor,
dijéramos, no hay tal amor por esa persona, sino que lo que hay es lujuria...
Pero, vean cuán fino
es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse, en el corazón, con el
amor, componer versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada...
Si uno es cuidadoso y
observa esos tres centros de la máquina, puede evidenciar que se trata de un
“yo”; y ya descubriendo que se trata de un “yo”, habiéndole conocido sus
“manejos” en los tres centros (o sea, en el intelectual, en el corazón y sexo),
entonces procede una a la tercera fase.
¿Cuál es la tercera
fase? ¡La ejecución! es la fase final del trabajo: ¡ejecución!
Entonces tiene uno
que apelar a LA ORACIÓN en el trabajo.
¿Qué se entiende por
“oración en el trabajo”?
La oración en el
trabajo debe ser hecha sobre la base de la íntima recordación de sí mismo...
En alguna ocasión
dijimos que hay cuatro niveles de hombres, o cuatro estados de conciencia, para
ser más claro.
Un primer estado de
consciencia es el del sueño profundo e inconsciente de una persona, de un que
dejó el cuerpo dormido en la cama.
Un segundo estado de
consciencia es el del soñador que ha regresado a su cuerpo físico, y que cree
que está en estado de vigilia.
Si una persona, si
estos dos tipos de personas, los que se encuentran, dijéramos, en estado de
inconsciencia profunda o aquellos que siguen soñando y tienen su cuerpo activo
para los sueños, hacen oración, pues de semejantes dos estados tan
infrahumanos, no pueden resultar sino estados negativos: la naturaleza
responde...
Por ejemplo: un
inconsciente, un dormido hace oración para consumar un negocio, pero puede que
sus “yoes”, que son tan innumerables, no estén de acuerdo con lo que él está
haciendo; porque es tan sólo uno de los “yoes” el que está haciendo la oración,
y los otros no han sido tenidos en cuenta; a los otros puede que no les
interese tal negocio, que no estén de acuerdo con esa oración y pidan en la
oración exactamente lo contrario para que ese negocio fracase, porque no están
de acuerdo.
Como los otros son
mayoría, LA NATURALEZA CONTESTA con sus fuerzas, con un aflujo de fuerzas y
viene el fracaso del negocio; eso es claro.
Entonces, para que la
oración tenga un valor efectivo en el trabajo sobre uno mismo, pues tiene uno
que colocarse en el tercer estado de conciencia, que es el de la íntima
recordación de sí mismo, es decir, de su propio ser...
Sumergido en
MEDITACIÓN PROFUNDA, concentrado en su Divina Madre interior, le suplicará que
elimine de su psiquis, que aparte y elimine de su psiquis, aquel “yo” que
quiere desintegrar.
Cuando ya se ha
vuelto polvo, la consciencia que estaba metida, embotellada, embutida dentro de
ese “yo”, queda liberada; entonces la luz habrá aumentado, es un porcentaje de
luz que queda libre; así procederemos con cada uno de los “yoes”...
El trabajo es largo y
muy duro; muchas veces cualquier pensamiento negativo, por insignificante que
éste sea, tiene por fundamento un “yo” antiquísimo.
Ese pensamiento
negativo que llega a la mente, nos indica que de hecho, hay un “yo” detrás de
ese pensamiento y que ese “yo” debe ser extirpado, erradicado de nuestra
psiquis.
Hay que estudiarlo,
conocerle sus “manejos” y ver cómo se comporta en los tres centros: en el
intelectual, en el emocional
(y hablando en síntesis), en el motor-instintivo-sexual; ver de qué manera trabaja en cada uno de éstos tres centros; de acuerdo con su comportamiento, UNO LO VA CONOCIENDO...
(y hablando en síntesis), en el motor-instintivo-sexual; ver de qué manera trabaja en cada uno de éstos tres centros; de acuerdo con su comportamiento, UNO LO VA CONOCIENDO...
samael aun weor
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