GNOSIS
EL PAN SUPERSUBSTANCIAL
Por: samael aun weor
EL PAN SUPERSUBSTANCIAL
Por: samael aun weor
Si observamos
cuidadosamente cualquier día de nuestra vida, veremos que ciertamente no
sabemos vivir conscientemente.
Nuestra vida parece
un tren en marcha, moviéndose en los carriles fijos de los hábitos mecánicos,
rígidos, de una existencia vana y superficial.
Lo curioso del caso
es que jamás se nos ocurre modificar los hábitos, parece que no nos cansamos de
estar remitiendo siempre lo mismo.
Los hábitos nos
tienen petrificados, más pensamos que somos libres; somos espantosamente feos
pero nos creemos Apolos...
Somos gente mecánica,
motivo más que suficiente como para carecer de todo sentimiento verdadero de lo
que se está haciendo en la vida.
Nos movemos
diariamente dentro del viejo carril de nuestros hábitos anticuados y absurdos y
así es claro que no tenemos una verdadera vida; en vez de vivir, vegetamos
miserablemente, y no recibimos nuevas impresiones.
Si una persona
iniciara su día conscientemente, es ostensible que tal día sería muy distinto a
los otros días.
Cuando uno toma la
totalidad de su vida, como el mismo día que está viviendo, cuando no deja para
mañana lo que se debe hacer hoy mismo, llega realmente a conocer lo que
significa trabajar sobre sí mismo.
Jamás un día carece
de importancia; si en verdad queremos transformarnos radicalmente, debemos
vernos, observarnos y comprendernos diariamente.
Sin embargo, las
gentes no quieren verse a sí mismas, algunos teniendo ganas de trabajar sobre
sí mismos, justifican su negligencia con frases como la siguiente: "El
trabajo en la oficina no permite trabajar sobre sí mismo".
Palabras estas sin
sentido, huecas, vanas, absurdas, que sólo sirven para justificar la indolencia,
la pereza, la falta de amor por la Gran Causa.
Gentes así, aunque
tengan muchas inquietudes espirituales, es obvio que no cambiarán nunca.
Observarnos a sí
mismos es urgente, inaplazable, impostergable. La Auto-Observación íntima es
fundamental para el cambio verdadero.
¿Cuál es su estado
psicológico al levantarse?, ¿Cuál es su estado de ánimo durante el desayuno?,
¿Estuvo impaciente con el mesero?, ¿Con la esposa?, ¿Por qué estuvo
impaciente?, ¿Qué es lo que siempre le trastorna?, etc.
Fumar o comer menos
no es todo el cambio, más si indica cierto avance. Bien sabemos que el vicio y
la glotonería son inhumanos y bestiales.
No está bien que
alguien dedicado al Camino Secreto, tenga un cuerpo físico, excesivamente gordo
y con un vientre abultado y fuera de toda euritmia de perfección. Eso indicaría
glotonería, gula y hasta pereza.
La vida cotidiana, la
profesión, el empleo, aunque vitales para la existencia, constituyen el sueño
de la conciencia.
Saber que la vida es
sueño no significa haberlo comprendido. La comprensión viene con la
auto-observación y el trabajo intenso sobre sí mismo.
Para trabajar sobre
sí, es indispensable trabajar sobre su vida diaria, hoy mismo, y entonces se
comprenderá lo que significa aquella frase de la Oración del Señor:
"Dadnos el Pan nuestro de cada día".
La frase "Cada
Día", significa el "Pan supersubstancial" en griego o el
"Pan de lo Alto".
La Gnosis da ese Pan
de Vida en el doble sentido de ideas y fuerzas que nos permiten desintegrar
errores psicológicos.
Cada vez que reducimos
a polvareda cósmica tal o cual 'Yo", ganamos experiencia psicológica,
comemos el "Pan de la Sabiduría", recibimos un nuevo conocimiento.
La Gnosis nos ofrece
el "Pan Supersubstancial", el "Pan de la Sabiduría", y nos
señala con precisión la nueva vida que comienza en uno mismo, dentro de uno
mismo, aquí y ahora.
Ahora, bien, nadie
puede alterar su vida o cambiar cosa alguna relacionada con las reacciones
mecánicas de la existencia, a menos que cuente con la ayuda de nuevas ideas y
reciba auxilio Divinal.
La Gnosis da esas
nuevas ideas y enseña el "modus operandi" mediante el cual puede uno
ser asistido por Fuerzas Superiores a la mente.
Necesitamos preparar
los centros inferiores de nuestro organismo para recibir las ideas y fuerza que
vienen de los centros Superiores.
En el trabajo sobre
sí mismo no existe nada despreciable.
Cualquier pensamiento
por insignificante que sea, merece ser observado. Cualquier emoción negativa,
reacción, etc., debe ser observada.
samael aun weor
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