GNOSIS
AUTO-CONCIENCIA INFANTIL
Por: samael aun weor
AUTO-CONCIENCIA INFANTIL
Por: samael aun weor
Se nos ha dicho muy
sabiamente que tenemos noventa y siete por ciento de SUBCONCIENCIA y TRES POR
CIENTO DE CONCIENCIA.
Hablando francamente
y sin ambages, diremos que el noventa y siete por ciento de la Esencia que en
nuestro interior llevamos, se encuentra embotellada, embutida, metida, dentro
de cada uno de los Yoes que en su conjunto constituyen el "Mi Mismo".
Obviamente la Esencia
o Conciencia enfrascada entre cada Yo, se procesa en virtud de su propio
condicionamiento.
Cualquier Yo
desintegrado libera determinado porcentaje de Conciencia, la emancipación o
liberación de la Esencia o Conciencia, seria imposible sin la desintegración de
cada Yo.
A mayor cantidad de
Yoes desintegrados, mayor Auto-Conciencia.
A menor cantidad de
Yoes desintegrados, menor porcentaje de Conciencia despierta.
El despertar de la
Conciencia sólo es posible disolviendo el YO, muriendo en sí mismo, aquí y
ahora.
Incuestionablemente
mientras la Esencia o Conciencia este embutida entre cada uno de los Yoes que
cargamos en nuestro interior, se encuentra dormida, en estado subconsciente.
Es urgente
transformar al subconsciente en consciente y esto sólo es posible aniquilando
los Yoes; muriendo en sí mismos.
No es posible
despertar sin haber muerto previamente en sí mismos.
Quienes intentan
despertar primero para luego morir, no poseen experiencia real de lo que
afirman, marchan resueltamente por el camino del error.
Los niños recién nacidos
son maravillosos, gozan de plena auto-conciencia; se encuentran totalmente
despiertos.
Dentro del cuerpo del
niño recién nacido se encuentra reincorporada la Esencia y eso da a la criatura
su belleza.
No querernos decir
que el ciento por ciento de la Esencia o Conciencia esté reincorporada en el
recién nacido, pero si el tres por ciento libre que normalmente no está
enfrascado entre los Yoes.
Sin embargo, ese
porcentaje de Esencia libre reincorporado entre el organismo de los niños
recién nacidos, les da plena auto-conciencia, lucidez, etc.
Los adultos ven al
recién nacido con piedad, piensan que la criatura se encuentra inconsciente,
pero se equivocan lamentablemente.
El recién nacido ve
al adulto tal como en realidad es; inconsciente, cruel, perverso, etc.
Los Yoes del recién
nacido van y vienen, dan vueltas alrededor de la cuna, quisieran meterse entre
el nuevo cuerpo, pero debido a que el recién nacido aún no ha fabricado la
personalidad, todo intento de los Yoes para entrar en el nuevo cuerpo, resulta
algo más que imposible.
A veces las criaturas
se espantan al ver a esos fantasmas o Yoes que se acercan a su cuna y entonces
gritan, lloran, pero los adultos no entienden esto y suponen que el niño está
enfermo o que tiene hambre o sed; tal es la inconsciencia de los adultos.
A medida que la nueva
personalidad se va formando, los Yoes que vienen de existencias anteriores, van
penetrando poco a poco en el nuevo cuerpo.
Cuando ya la
totalidad de los Yoes se ha reincorporado, aparecemos en el mundo con esa
horrible fealdad interior que nos caracteriza; entonces, andamos como
sonámbulos por todas partes; siempre inconscientes, siempre perversos.
Cuando morimos, tres
cosas van al sepulcro: 1) El cuerpo físico. 2) El fondo vital orgánico. 3) La
personalidad.
El fondo vital, cual
fantasma se va desintegrando poco a poco, frente a la fosa sepulcral a medida
que el cuerpo físico se va también desintegrando.
La personalidad es
subconsciente o infraconsciente, entra y sale del sepulcro cada vez que quiere,
se alegra cuando los dolientes le llevan flores, ama a sus familiares y se va
disolviendo muy lentamente hasta convertirse en polvareda cósmica.
Eso que continúa mas
allá del sepulcro es el EGO, el YO pluralizado, el mí mismo, un montón de
diablos dentro de los cuales se encuentra enfrascada la Esencia, la Conciencia,
que a su tiempo y a su hora retorna, se reincorpora.
Resulta lamentable
que al fabricarse la nueva personalidad del niño, se reincorporen también los
Yoes.
samael aun weor
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