domingo, 18 de octubre de 2015

ESTAR VIGILANTES ES NUESTRA VERDADERA META

ESTAR VIGILANTES ES NUESTRA VERDADERA META
Por: Jeanne de salzmann

No podemos cambiar nuestra estructura física, orgánica.

Estamos condicionados en nuestros movimientos y en nuestras actitudes.

Nuestras emociones, nuestro pensamiento, también están condicionados.
        
Uno se encuentra prisionero en un círculo estrecho por ese condicionamiento.

Lo único que puede cambiar esa falta total de libertad es el acto de ver, la posibilidad de conciencia.

Yo puedo verme con los ojos y puedo verme con una mirada interior.

La posibilidad de una toma de conciencia, de un conocimiento de lo que soy, depende de esa mirada interior que aprendo a descubrir en mí.

Ella pertenece a una forma nueva, a un cuerpo interior que necesita entrar en relación con mi cuerpo físico.

Sólo cuando esa mirada está presente, cuando mi automatismo está bajo su luz, podrá establecerse una relación.

Y es sólo en esa relación, que se hace y se deshace, donde me doy cuenta de lo que soy.

No hay sumisión ciega.

Hay como una entrega consciente sin perderse y un retiro sin rechazo, sin endurecimiento.

Esto exige una atención tan total como sea posible, lo que requiere una tranquilidad muy grande.

Uno no puede estar sin relación, uno obedece siempre a una relación.

Uno está relacionado con algo más alto o bien uno está tomado.

Es una lucha de fuerzas.

Quiero conocerme como un todo.

Entonces, trato de mirar en mí mismo y de estar vigilante.

Estar vigilantes es nuestra verdadera meta.

Si uno trabaja solo o con otros, sin estar vigilante interiormente, no sirve para nada: uno será tomado por una cosa o por otra.

Debo estar vigilante, y se trata de un esfuerzo intenso porque todo depende de ello.

Al mismo tiempo quiero ir hacia la vida y, al hacerlo, me pierdo.

Si, yo quiero perderme.

Sin embargo, no sé lo que esto quiere decir.

Siempre pienso que es esa identificación diabólica, esa horrible vida, la que me toma.

Pero eso no es verdad.

Soy yo quien voy hacia ella.

Allí hay algo que me gusta.

Sin embargo, no se por qué.

Y debo ver que hay una cuestión esencial: después de todo, se trata de mí, de nada más.

Necesito de esa vigilancia, de esa manera de estar allí todo el tiempo.

Me volveré un ser diferente cuando sea verdaderamente capaz de mantenerme en esa actitud.

¿Cómo vivir esa apertura a la única realidad y al mismo tiempo estar ante la vida y vivirla?

Lo esencial, sin lo cual no habrá despertar, es ese movimiento de apertura al hecho de ser, de existir.

De inmediato, encuentro mi obstáculo: mi cabeza está ocupada todo el tiempo.

No basta notarlo de una vez y para siempre.

Me es preciso vivirlo como mi verdad hasta que pueda contener en mi atencion todos mis pensamientos, mis emociones, mis actos, sin intentar excluir ni condenar nada.

Para ello necesito un cierto espacio interior y una atención libre.

Es sólo en la libertad de mi atención donde puede aparecer una mirada verdadera.

Una visión continua de lo que sucede en nosotros es el comienzo de una cristalización, la formación de algo indivisible, individual.

Mientras más clara sea la visión, más viva será la recepción de la impresión, y mayor la transformación de nuestro pensamiento y de nuestro sentimiento.
                                      
Cuando ellos están relacionados el pensamiento es lúcido y el sentimiento es claro y sutil.

Entonces, podemos abrirnos a estar enteramente bajo la acción de una fuerza superior.

Es necesario sentir un remordimiento de conciencia, un sentimiento que ilumine, la visión de lo que falta.

Sólo con ese sentimiento de remordimiento empezamos a ver claro.

La lucidez, la observación que puede tener lugar a través de un espacio interior, disuelve todas las formas de condicionamiento.

Ser lúcido es estar consciente de la manera en que uno camina, se sienta, utiliza las manos, escucha las palabras que emplea.

Es observar todos sus pensamientos, todas sus emociones, todas sus reacciones, en un estado de atención que es claro y completo, que no tiene limites.

La lucidez es tomar conciencia totalmente de sí mismo.

jeanne de salzmann







LA MUERTE DEL YO ORDINARIO

LA MUERTE DE MI YO ORDINARIO
Por: Jeanne de salzmann

El recuerdo de sí es el momento en el que ya no soy un objeto para mí mismo, cuando la conciencia ya no deja espacio para una división.

Es el momento en que, al sentir la conciencia, siento que soy la conciencia.

Siento «Yo».

¿Qué sería el recuerdo de si?

El recuerdo sería el choque emocional generado por el momento de contacto entre todas las energías que actúan en mí.

Esto produce una vibración creadora.

Apenas es emitida, ella va a estar sometida a la ley de siete, de manera que el recuerdo no puede permanecer estático.

En mi estado habitual todo es vago y nebuloso.

Pensamientos, oleadas de emociones y de tensiones lo atraviesan.

Pero esos pensamientos no vienen todos juntos.

Se levantan uno tras otro.

Es lo mismo para las emociones.

Cuando un pensamiento pasa, otro se levanta.

Pero entre los dos, hay un intervalo, un vacío, un paro que es extremadamente importante.

Es el momento en que me doy cuenta de que hay una realidad detrás de los pensamientos escondida por el movimiento de ellos.

Puedo tomar conciencia de lo que está detrás de mis movimientos.

Nada dura, lo que aparece debe desaparecer.

La desaparición es tan importante como la aparición.

Forma parte del mismo hecho.

Pero si puedo vivir las dos, aceptar las dos, estoy más allá de la aparición y la desaparición.

Las contengo.

En ese momento mis centros entran en relación entre si; la relación se hace por si sola.

La apertura a nuestro ser esencial, a los centros superiores, pide un estado de unidad.

Pero, en nuestro estado habitual, nuestro centro de gravedad, siempre volcado hacia el ego, es desplazado hacia la parte de arriba del cuerpo, lo cual nos separa de nuestra verdadera forma.

El sufrimiento que resulta de la separación de nuestra naturaleza esencial abre la posibilidad de una unión.

Cuando el sufrimiento es fuerte, obliga a una apertura.

Hace falta una decisión, una determinación, para seguir el camino, a través de la cual nuestro ser esencial nos llama.

Para poder servir a la expresión de esa fuerza que necesita trascendernos, se nos exige un contacto perpetuo con nuestro ser esencial.

Debemos morir a un nivel, morir en tanto que ego, para resucitar en otro nivel.

Quiero abrirme.        

Siento la necesidad de arriesgar mi posición bien establecida.

Siento la necesidad de silencio, de un silencio real, de un vacío.

Y, al mismo tiempo, querría tomar, tener, para seguir subsistiendo de mi manera habitual.

No me someto, no reconozco, no sirvo.

Quiero servirme.

Y necesito aceptar ese hecho, vivirlo, sufrirlo, más que buscar algún recurso.

Ese recurso hoy en día sería una huida, una artimaña, una manera de apartar lo inevitable.

Siento ese estar cerrado, mi indiferencia.

Siento esa realidad que me llama pero en la que no confío, en la que no tengo fe.

Quiero que ella se me entregue.

Tengo miedo, miedo de desaparecer.

Para ir más allá de esa fragmentación, de esa separación de mí ser esencial, la energía en su totalidad necesita fusionarse.

Necesita estar completamente liberada.

¿Veo la necesidad de esto? ¿Lo acepto? ¿Lo quiero?

Para ello, una tranquilidad absoluta necesita hacerse en mí, en todas mis partes.

No para lograr, ni para recibir y apropiarme de algo maravilloso. Al contrario, veo mi nulidad, mi apego, mi temor de perder el significado que me atribuyo.

En vez de querer siempre tener la razón, veo mis contradicciones.

Veo que estoy bajo la hipnosis de la imaginación.

Veo todo tomado en conjunto: el ego y el verdadero yo.

Al ver, me libero.

Por un momento ya no soy el mismo.

Mi atención liberada, mi conciencia, conoce entonces lo que soy esencialmente.

Es la muerte del yo ordinario.

¿Qué quiere decir el recuerdo de si?

El recuerdo de si quiere decir morir a si mismo, a mi mentira, a mi imaginación.

Es adquirir el gusto de la comprensión por lo que falta, la conciencia de la falta de comprensión.

En el recuerdo hay un soltarse del ego que permite entrar en una conciencia nueva.

Veo el yo ordinario como una proyección del yo, un fantasma.

La manifestación no es algo separado, sino una proyección de algo esencial.

Al volver a la fuente, tomo conciencia de lo que se eleva para no volver a caer, de lo que no nace, de lo que no muere, de lo que es el eterno Sí Mismo.

jeanne de salzmann







martes, 11 de agosto de 2015

UN CAMBIO VERDADERO

GNOSIS
UN CAMBIO VERDADERO
Por: samael aun weor

El objeto de la observación es realizar un cambio dentro de nosotros mismos, promover un cambio verdadero, efectivo...

Una vez que nos hemos puesto, dijéramos, diestro en la observación de sí mismos, entonces viene el proceso de eliminación.

De manera que hay, propiamente, tres pasos en esta cuestión:
Primero, la observación; segundo, el juicio crítico, y tercero, la eliminación de tal o cual yo psicológico.

Al observar un yo, debemos ver cómo se comporta en el centro intelectual, de qué manera, y conocerle todos sus “juegos” con la mente; segundo, en qué forma se expresa a través del sentimiento, en el corazón; y lo tercero, descubrir su modo de acción en los centros motor, instintivo y sexual.

Obviamente, en el sexo, un “yo” tiene una forma de expresión, en el corazón tiene otra forma, y en el cerebro otra.

En el cerebro, un “yo” se manifiesta a través de la cuestión intelectual: razones, justificaciones, evasivas, escapatorias, etc., etc., etc.; en el corazón como un sufrimiento, como afecto, como un amor aparentemente muchas veces (cuando es cuestión de lujuria), etc., etc.; y en los centros motor-instintivo-sexual, tiene otra forma de expresión, como acción, como instinto, como impulso lascivo, etc., etc..

Por ejemplo, citemos un caso concreto: lujuria.

Un “yo” de lujuria, ante una persona del sexo opuesto, en la mente puede que se manifieste con pensamientos constantes; podría manifestarse en el corazón como un afecto, como un amor aparentemente puro, limpio de toda mancha, hasta tal grado, que podría uno perfectamente justificarse y decir: “pero bueno, yo no siento lujuria por esta persona, yo lo que estoy sintiendo es amor”...

Pero si uno es observador, si le pone mucho cuidado a su máquina y observa al centro sexual, viene a descubrir que en el centro sexual hay cierta actividad ante esa persona; entonces viene a quedar evidenciando que no hay tal afecto, o el amor, dijéramos, no hay tal amor por esa persona, sino que lo que hay es lujuria...

Pero, vean cuán fino es el delito: la lujuria puede perfectamente disfrazarse, en el corazón, con el amor, componer versos, etc., etc., pero es lujuria disfrazada...

Si uno es cuidadoso y observa esos tres centros de la máquina, puede evidenciar que se trata de un “yo”; y ya descubriendo que se trata de un “yo”, habiéndole conocido sus “manejos” en los tres centros (o sea, en el intelectual, en el corazón y sexo), entonces procede una a la tercera fase.
¿Cuál es la tercera fase? ¡La ejecución! es la fase final del trabajo: ¡ejecución!

Entonces tiene uno que apelar a LA ORACIÓN en el trabajo.

¿Qué se entiende por “oración en el trabajo”?

La oración en el trabajo debe ser hecha sobre la base de la íntima recordación de sí mismo...

En alguna ocasión dijimos que hay cuatro niveles de hombres, o cuatro estados de conciencia, para ser más claro.

Un primer estado de consciencia es el del sueño profundo e inconsciente de una persona, de un que dejó el cuerpo dormido en la cama.

Un segundo estado de consciencia es el del soñador que ha regresado a su cuerpo físico, y que cree que está en estado de vigilia.

Si una persona, si estos dos tipos de personas, los que se encuentran, dijéramos, en estado de inconsciencia profunda o aquellos que siguen soñando y tienen su cuerpo activo para los sueños, hacen oración, pues de semejantes dos estados tan infrahumanos, no pueden resultar sino estados negativos: la naturaleza responde...

Por ejemplo: un inconsciente, un dormido hace oración para consumar un negocio, pero puede que sus “yoes”, que son tan innumerables, no estén de acuerdo con lo que él está haciendo; porque es tan sólo uno de los “yoes” el que está haciendo la oración, y los otros no han sido tenidos en cuenta; a los otros puede que no les interese tal negocio, que no estén de acuerdo con esa oración y pidan en la oración exactamente lo contrario para que ese negocio fracase, porque no están de acuerdo.

Como los otros son mayoría, LA NATURALEZA CONTESTA con sus fuerzas, con un aflujo de fuerzas y viene el fracaso del negocio; eso es claro.

Entonces, para que la oración tenga un valor efectivo en el trabajo sobre uno mismo, pues tiene uno que colocarse en el tercer estado de conciencia, que es el de la íntima recordación de sí mismo, es decir, de su propio ser...

Sumergido en MEDITACIÓN PROFUNDA, concentrado en su Divina Madre interior, le suplicará que elimine de su psiquis, que aparte y elimine de su psiquis, aquel “yo” que quiere desintegrar.

Cuando ya se ha vuelto polvo, la consciencia que estaba metida, embotellada, embutida dentro de ese “yo”, queda liberada; entonces la luz habrá aumentado, es un porcentaje de luz que queda libre; así procederemos con cada uno de los “yoes”...

El trabajo es largo y muy duro; muchas veces cualquier pensamiento negativo, por insignificante que éste sea, tiene por fundamento un “yo” antiquísimo.

Ese pensamiento negativo que llega a la mente, nos indica que de hecho, hay un “yo” detrás de ese pensamiento y que ese “yo” debe ser extirpado, erradicado de nuestra psiquis.

Hay que estudiarlo, conocerle sus “manejos” y ver cómo se comporta en los tres centros: en el intelectual, en el emocional
(y hablando en síntesis), en el motor-instintivo-sexual; ver de qué manera trabaja en cada uno de éstos tres centros; de acuerdo con su comportamiento, UNO LO VA CONOCIENDO...

samael aun weor


viernes, 7 de agosto de 2015

QUIETUD Y SILENCIO MENTAL

GNOSIS
QUIETUD Y SILENCIO MENTAL
Por: samael aun weor

IRA………

Insultar a otro, herirle en sus íntimos sentimientos, humillarlo, es cosa muy fácil, cuando se trata dizque de “corregirle para su propio bien”, así piensan los que causan dolor, los iracundos, aquellos que creyendo no odiar, odian sin saber que odian.

ENVIDIA………

Muchas son las gentes que luchan en la vida por ser ricos, y trabajan, y ahorran y se esmeran en todo, pero el resorte secreto de todas sus actividades es la envidia secreta, la que se desconoce, la que no sale a la superficie, la que permanece guardada en el sepulcro del subconsciente.

Es difícil hallar en la vida alguien que no envidie la bonita casa, el flamante automóvil, la inteligencia del líder, el hermoso traje, la buena posición, la magnifica fortuna, etc., etc., etc.

Casi siempre los mejores esfuerzos de los ciudadanos tienen como resorte secreto, la envidia.

GULA………

Muchas son las gentes que gozan del buen apetito y “aborrecen” la glotonería, pero comen siempre mucho más allá de lo normal.

CELOS

Muchas son las gentes que vigilan a su cónyuge exageradamente pero “aborrecen” los celos.

PEREZA

Muchos son los estudiantes de ciertas escuelas seudo-esotéricas y seudo-ocultistas que “aborrecen” las cosas de este mundo y no trabajan en nada porque todo eso es vanidad, pero son celosos con sus virtudes y jamás aceptarían que alguien les calificara de perezosos.

ORGULLO………

Muchos son los que “odian” la lisonja y la alabanza, pero no tienen inconveniente en humillar con su modestia al pobre poeta que les compuso un verso con el único propósito de conseguir de ellos una moneda para comprar un pan.

ASESINOS………

Muchos son los jueces que saben cumplir con su deber, pero también son muchos los jueces que con “la virtud del deber” han asesinado a otros, fueron muy numerosas las cabezas que cayeron con la guillotina en la revolución Francesa.

VERDUGOS………

Todos los verdugos “cumplen con su deber”, son ya millones las victimas inocentes de los verdugos, ningún verdugo se siente culpable, todo verdugo “cumple con su deber”.

Las cárceles están llenas de inocentes, pero los jueces no se sienten culpables porque “están cumpliendo con su deber”.

CRUELDAD

El padre o la madre de familia llenos de ira azotan y dan de palos a sus pequeños niños, pero no sienten remordimiento porque están dizque “cumpliendo con su deber” y todo aceptarían menos que se les calificase de CRUELES.

Solo con mente quieta y silenciosa, sumergidos en profunda meditación, podemos extraer de entre el subconsciente, toda la podredumbre secreta que cargamos dentro.

No es nada agradable ver la podredumbre del pasado.

Cada defecto escondido huele a feo, pero viéndolo resulta fácil quemarlo y reducirlo a cenizas.

El fuego de la comprensión reduce a polvo la podredumbre del pasado.

Muchos estudiantes de psicología cuando analizan el subconsciente, cometen el error de dividirse entre analizador y analizado, intelecto y subconsciente, sujeto y objeto, perceptor y percibido, etc.

Este tipo de división crea antagonismos y luchas entre intelecto y subconsciente y donde hay luchas y batallas no puede haber quietud y silencio de la mente.

Solo con quietud y silencio mental podemos extraer de entre el subconsciente, toda la podredumbre del pasado.


samael aun weor

EL PROCESO DEL DOLOR

GNOSIS
EL PROCESO DEL DOLOR
Por: samael aun weor

La pluralidad del yo es algo que ya está completamente demostrado en psicología experimental.

Si nos examinamos a sí mismos durante un acontecimiento de supremo dolor, tal vez la muerte del padre o de la madre, o del esposo o la esposa, o el hijo, etc., sentimos que nos volvemos tres pedazos.

Algunos dicen que se sienten volver mil pedazos, pero en síntesis siente uno que se vuelve tres pedazos.

1 ANGUSTIA TERRIBLE………

El primer pedazo es ANGUSTIA TERRIBLE, espantosa desesperación.

2 ¿POR QUÉ DIOS MÍO?

El segundo pedazo se pregunta a sí mismo; ¿Por qué? ¿Por qué Dios mío me habéis castigado así? ¿Por qué sería esto? ¿Por qué me sucedió esto? etc., etc., etc.

3 BUSCAR EVASIVAS………

El tercer pedazo quiere huir, busca evasivas, algunas veces escapatorias absurdas como el suicidio o el alcohol, las cantinas, etc.

EL YO se compone de muchos YOES pero todos se sintetizan en tres cuando existe supremo dolor, cuando nos sobreviene una gran amargura.

VERNOS LIBRES DEL DOLOR………

Jamás debemos llegar hasta la locura por causa de UNA GRAN AFLICCIÓN, es mejor comprender a fondo y en forma total, lo que nos ha sucedido para vernos libres del dolor.

COOPERAR CON LO INEVITABLE………

Solo por medio de la COMPRENSIÓN podemos librarnos de un gran dolor, más si una parte de mí siente el dolor y no quiere cooperar con lo inevitable, y otra parte quiere indagar, pedir una explicación, buscar una razón, y por último la tercera parte quiere salir corriendo, huir, beber hasta emborracharse, etc., es entonces imposible comprender en forma integra el dolor que nos amarga la vida.

PONER ATENCIÓN A TODO EL PROCESO DEL DOLOR………

Solo comprendiendo en forma integra, total, completa, el dolor que nos ha herido profundamente, podemos liberarnos de esa amargura, desgraciadamente sentimos que nos volvemos tres pedazos, y no ponemos atención a todo el proceso del dolor.

No debemos olvidar jamás en la vida que la pluralidad del yo es el origen del dolor.

Es necesario comprender el dolor en forma íntegra, unitotal, pero si estoy dividido, atraído en diferentes direcciones, es claro que me resulta imposible comprender el dolor en forma integra.

Si uno tiene la atención puesta en tres partes distintas, no puede comprender lo que tiene cerca, lo que debe comprender inmediatamente.

Un muchacho que en la escuela tenga su atención dividida en tres partes, una en el Maestro, otra en la casa, y otra en los libros, es claro que no comprenderá nada de lo que el Maestro esté enseñando en la clase.

Lo mismo sucede con el dolor, si una parte de nuestra atención está puesta en la desesperación, otra en pedir explicaciones y por último la tercera en la cantina, el viaje, el suicidio, etc., es claro que no comprenderemos el dolor en forma completa, y como es lógico, el dolor continuará.

Es urgente comprender la pluralidad del yo para aprender a vivir sabiamente.

Cuando comprendemos la pluralidad del yo, podemos disolverlo, entonces nos transformamos.

Si queremos que la sociedad se transforme, debemos transformarnos primero cada uno nosotros en forma individual, recordamos que la sociedad solo es la extensión del individuo, y que lo que es el individuo, es la sociedad, es el gobierno, es el mundo.

Debemos comprender la pluralidad del yo y no dividirnos en tantos pedazos cuando tratamos de comprender algo.

Es necesario poner atención a la causa del dolor, al dolor mismo, sin dividir la atención en tres partes en forma completa.

Poner atención íntegra, unitotal, solo así, comprendiendo el dolor en forma completa, desaparece.

El yo es múltiple. Voy a comer dice el yo de la digestión, yo no quiero comer todavía, voy a leer el periódico, dice el yo intelectual; no quiero leer el periódico, dice el yo del movimiento, voy a dar un paseo.

Realmente todavía no somos individuos, no estamos individualizados, solo estamos instintivizados.

Dentro de cada cuerpo humano viven muchos yoes.

La pluralidad del yo es la causa de todas nuestras íntimas contradicciones.

Queremos comprar una casa muy bonita y cuando ya la tenemos sucede que ya NO, nos frustra, o nuevos proyectos surgen en la mente y decimos: voy a vender esta casa y me compraré otra.

Luchamos hasta lo indecible por formar un hogar con una buena mujer y unos cuantos hijos, y luego, nos enamoramos de otra, y por último el castillo de naipes se va al suelo.

EL yo que hoy jura fidelidad a una causa, es desplazado por otro yo que ya nada tiene que ver con esa causa, y entonces vemos que la persona se retira.

EL yo que hoy se fanatiza por una escuela, es mañana desplazado por otro yo que aborrece esa escuela.

Desegoistizandonos nos individualizamos.

Disolviendo el yo adquirimos verdadera individualidad.

Cuando el yo se disuelve solo queda en nosotros la esencia, el alma, el ser.

Realmente el ser es felicidad.

Realmente el ser está más allá de todo dolor.

La disolución del yo, es El Nirvana.

Nacer es dolor, morir es dolor, la vida es dolor, dolor es la niñez, dolor es la adolescencia, dolor la juventud, dolor la madurez, dolor la vejez, todo en esto mundo es dolor.

Cada vez que el dolor nos azote implacable y vengador, debemos comprenderlo en forma integra, completa, total, y esto solo es posible no dividiendo la atención en varios pedazos, poniendo atención plena en lo que está sucediendo.

Necesitamos saber que el yo es muchos, y que debemos unir a estos muchos en plena atención, con el propósito de comprender totalmente el dolor que en un momento dado, nos acecha y hiere profundamente.


samael aun weor

EL CAMBIO RADICAL

GNOSIS
EL CAMBIO RADICAL
Por: samael aun weor

Todo el mundo sufre, todo el mundo llora y las gentes ya cansadas de sufrir y de llorar, quieren un cambio radical, pobres gentes... quieren que todo cambie y organizan partidos políticos, y levantan banderas y líderes, pero las cosas continúan lo mismo, pueden cambiar las circunstancias pero los resultados son siempre los mismos.

“El viento regresa de nuevo de acuerdo con sus círculos... lo que ha sido es lo que será, y lo que se ha hecho es lo que se hará”.

Esta es la ley de la Recurrencia.

El tiempo es redondo, y los hechos se repiten, vuelven a ocurrir en su minuto y en su hora, la tierra gira alrededor del sol, las estaciones siempre se suceden cada año, las horas se repiten, y la historia también se repite.

El ego siempre retorna para repetir lo mismo, y el pasado se convierte en futuro.

No existe diferencia esencial entre el pasado y el futuro.

Todos estamos cansados de sufrir y queremos cambiar este orden de cosas, pero realmente nada podemos cambiar, lograremos modificar las circunstancias pero los resultados continuarán siendo los mismos, podemos cambiar la jaula pero jaula siempre es jaula, jaula de una corriente o jaula de otra, siempre son jaulas, en cualquier jaula donde estemos metidos tenemos que sufrir inevitablemente, nada podemos cambiar radicalmente mientras dentro del individuo no se haya hecho un cambio radical.

Para cambiar algo, primero debe ocurrir un cambio dentro del individuo; si queremos que el mundo cambie, es necesario primero que el individuo cambie internamente en forma radical.

Estamos metidos dentro de un círculo vicioso y la gente no lo sabe, pobre gente.

Uno puede ser muy erudito y sin embargo puede ser incapaz de cambiar algo, cambiar requiere diferente conocimiento y también algo que uno no posee.

Cuando uno sea diferente, todo será diferente, cuando uno cambie internamente todo cambiará.

Esto de cambiar internamente requiere comprensión, es urgente estudiar profundamente las causas de dolor y una vez descubiertas esas causas, comprenderlas en todos los niveles de la mente, sólo así lograremos el cambio radical.

Si yo soy cruel, el mundo será cruel, si yo soy codicioso el mundo será codicioso, porque el individuo es el mundo.

Si queremos que el mundo cambie, debe cambiar primero el individuo.

Cambiando radicalmente el individuo, es lógico que cambie el mundo, porque este último es la extensión del individuo.

Quien quiera cambiar necesita sacrificar algo, son muchísimos los sacrificios que se necesitan para cambiar radicalmente.

Todos tienen algo que sacrificar, excepto los definitivamente perdidos, estos ni siquiera pueden ser ya ayudados.

Para cambiar es necesario saber, para saber hay que aprender y para aprender hay que hacer grandes sacrificios.

Realmente el individuo sólo aprecia aquello que le ha costado sacrificio, el cambio radical sin sacrificios resulta absurdo, todo cambio radical requiere sacrificio.

Esa es la ley: todo cuesta nada se nos da regalado, cada cual sólo puede lograr el tanto que ha dado por ello.

No existe otro camino para lograr el cambio radical, el Sacrificio Consciente es el único camino.

¿Es acaso poco sacrificar la lujuria? ¿El orgullo? ¿La pereza? ¿La gula? ¿La envidia? ¿La ira? ¿La codicia? etc.

Sólo por el camino del sacrificio logramos el cambio radical, la historia se repite y el ego siempre retorna para repetir sus mismos errores, y su misma historia, todo se repite con la exactitud de un buen reloj y sólo es posible cambiar este orden de cosas creando nuevas causas.

Si realmente queremos nuevas causas necesitamos urgentemente supremos sacrificios.

Sólo así logramos el cambio radical, sólo así podemos cambiar este orden de cosas para salir del círculo vicioso en que fatalmente estamos metidos.

La ley del retorno y recurrencia es el gran secreto.

Quien llega a conocer este secreto abre en su conciencia ciertas puertas íntimas.

Con el cambio interno podemos utilizar este conocimiento para nuestros propios fines.

Realmente este secreto sólo puede ser útil para aquellos que se resuelvan a cambiar radicalmente, desgraciado el hombre que se conforma con el estado conscientivo en que vive.

Cambiar es lo mejor; empero todo cambio radical absoluto cuesta muy caro.

El cambio radical se paga con la propia vida.

Debe morir el querido ego, el yo, el mi mismo, a fin de que nazca el SER en nosotros.

Sólo el SER puede hacer.

Sólo el SER tiene suficiente poder íntimo como para cambiar realmente este orden de cosas en que vivimos actualmente.

La ilusión del Animal Intelectual es creer que puede hacer.

Dentro del círculo vicioso del tiempo, todo se repite con la exactitud de un buen reloj.

Quien conoce el gran secreto (las leyes de retorno y recurrencia), debe utilizarlo sabiamente, de otra manera se volverá contra sí mismo y rodará al abismo de la fatalidad inevitablemente.

Aquél que llega a conocer las leyes de retorno y recurrencia sabe que todo retorna y va y viene, y que los acontecimientos se repiten con la exactitud de un cronómetro dentro del círculo del tiempo.

Quien ya conoce el gran secreto tiene muy pocas vidas por delante; las posibilidades también se agotan y la ley de la Recurrencia tiene un límite.

Aquél que conozca el gran secreto debe aprovechar el tiempo porque las leyes de la recurrencia y retorno tocan a su fin.

Infeliz aquél que no se sepa aprovechar el gran secreto.

Aquél que conozca el gran secreto debe saber que el retorno incesante a este valle de lágrimas tiene también un final que puede resultar catastrófico.

Los perdidos son aquellos que descienden por las puertas de la recurrencia en espirales cada vez más y más bajas, esos degenerados al fin dejan de nacer y son remplazados por otros que necesitan venir al mundo.

Muchas gentes quieren una didáctica especial para la disolución del querido yo. ¿Existe acaso mejor didáctica que la de la misma vida?

En la convivencia con el prójimo nos podemos auto descubrir.

En relación con toda la gente nuestros defectos escondidos saltan fuera, afloran espontáneamente y entonces podemos verlos si queremos verlos.

Lo importante es analizar nuestros defectos cuando los descubrimos, y luego por medio de la auto-reflexión y de la meditación de fondo, podemos investigar el origen de tales defectos, y DESCUBRIR SUS RESORTES SECRETOS en los distintos repliegues inconscientes de la mente.

TODO DEFECTO DESCUBIERTO EN FORMA ÍNTEGRA DEJA DE EXISTIR INEVITABLEMENTE………

Puede estar seguro querido lector que todo defecto descubierto en forma íntegra deja de existir inevitablemente, así es como podemos morir de instante en instante, así va naciendo el SER de instante en instante.

Realmente sólo el Ser puede alterar este orden de cosas y crear la verdadera y legítima democracia.

samael aun weor



jueves, 6 de agosto de 2015

EL CENTRO PERMANENETE DE CONCIENCIA

GNOSIS
EL CENTRO PERMANENTE DE CONCIENCIA
Por: samael aun weor

Analizando detenidamente el bípedo tricerebrado llamado hombre, llegamos a la conclusión lógica de que todavía no tienen un centro permanente de conciencia.

No podemos asegurar que los bípedos humanos estén individualizados, estamos seguros y muy seguros que sólo están Instintivisados.
                                
El querido ego no tiene individualidad alguna, es una suma de factores de discordia, una suma de pequeños yoes, (legión de diablos).

El cuerpo bípedo tricerebrado es una máquina maravillosa que el yo daña miserablemente.

La legión del yo en cinta sucesiva pasa por la pantalla de la mente dándole a esta distintos coloridos de instante en instante.

Cada pequeño yo de los que constituyen la legión denominada ego, tiene realmente su propio criterio personal, sus propios proyectos, sus propias ideas.

El hombre no tiene individualidad alguna, no tiene un Centro Permanente de Conciencia y cada uno de sus pensamientos sentimientos y acciones, depende de la calamidad del yo que en determinado instante controle los centros capitales de la máquina humana.

Aquellos que a través de muchos años de sacrificio y de dolor hemos venido luchando por el Movimiento Gnóstico, pudimos ver en la práctica cosas terribles, muchos juraron con lágrimas en los ojos trabajar por la Gnosis hasta el final de sus días, esos pronunciaron discursos tremendos y prometieron a la gran causa fidelidad eterna, ¿y qué?

¿En qué quedaron sus lágrimas de sangre? ¿En qué sus terribles juramentos? Todo fue inútil, sólo juró el yo pasajero de un instante, pero cuando otro yo desplazó al que juró felicidad, el sujeto se separó de la Gnosis, o traicionó a la gran causa, o se pasó a otra escuela traicionando a la Gnosis.

Realmente el ser humano no puede tener continuidad de propósitos porque no tiene un Centro Permanente de Conciencia.

No es un individuo, el yo es una suma de muchos pequeños yoes.

Muchos son los que aguardan la bienaventuranza eterna con la muerte del cuerpo físico, empero la muerte del cuerpo físico no resuelve el problema del yo.

Después de la muerte, el yo pluralizado continúa envuelto en su cuerpo lunar, molecular, el bípedo humano termina pero continúa el yo legión envuelto en su cuerpo molecular, más tarde el ego se perpetúa en nuestros descendientes, retorna... para satisfacer deseos y continuar la misma tragedia.

Ha llegado la hora de comprender la necesidad de producir dentro de nosotros un cambio radical definitivo a fin de establecer un Centro de Gravedad Permanente, un centro de conciencia estable.

Sólo así nos individualizamos, sólo así dejamos de ser legión, sólo así nos convertimos en individuos conscientes.

El hombre actual es semejante a un barco lleno de muchos pasajeros, cada pasajero tiene sus propios planes y proyectos, el hombre actual no tiene una sola mente, tiene muchas mentes; cada yo tiene su mente.

Afortunadamente dentro del bípedo humano existe algo más, existe el Budhata, el principio Búdhico interior, la esencia.

Reflexionando seriamente sobre dicho principio Búdhico podemos concluir que este es el material psíquico con el cual podemos darle forma a nuestra alma.

No es exagerado decir que con este principio budhista íntimo podemos crear alma.

Despertando al Budhata creamos alma; despertar el Budhata es Despertar Conciencia.

Despertar conciencia equivale a crear dentro de nosotros un Centro Permanente de Conciencia.

Sólo quien despierta conciencia se convierte en individuo, empero el individuo no es el final, más tarde tenemos que llegar a la sobre-individualidad.

Necesitamos desegoistizarnos para individualizarnos, necesitamos disolver el yo para tener un Centro Permanente de Conciencia.

El yo pluralizado gasta torpemente el material psíquico en explosiones atómicas de ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc.

Muerto el yo, el material psíquico se acumula dentro de nosotros convirtiéndose en un Centro Permanente de Conciencia.

Hoy por hoy el ser humano, o mejor dijéramos el bípedo que así mismo se auto califica de humano, es realmente una máquina controlada por la legión del yo.

Una máquina sin sentido alguno de responsabilidad moral, sin continuidad de propósitos, sin existencia real.

Observemos la tragedia de los enamorados, ¡cuantos juramentos! ¡Cuántas lágrimas! ¡Cuántas buenas intenciones! ¿Y qué?

De todo eso no queda sino el triste recuerdo: se casan, pasa el tiempo, el hombre se enamora de otra mujer o la esposa se enamora de otro hombre y el castillo de naipes se va al suelo.

¿Porqué? ¡Es claro! Porque todavía el ser humano no tiene un Centro de Gravedad Permanente.

El pequeño yo que hoy jura amor eterno, es desplazado por otro pequeño yo, que nada, absolutamente nada tiene que ver con dicho juramento; Eso es todo.

Necesitamos convertirnos en individuos y esto sólo es posible creando un centro permanente de conciencia.

Necesitamos crear el Centro de Conciencia Permanente y esto sólo es posible disolviendo el yo pluralizado.

Todas las íntimas contradicciones del ser humano serían suficientes para volver loco a cualquiera que pudiese verlas en un espejo; la fuente de tales contradicciones es la pluralidad del yo, el yo es muchos.

Quien quiera disolver el yo tiene que empezar por conocer sus íntimas contradicciones.

Desgraciadamente a la gente le encanta engañarse a sí misma para no ver sus propias contradicciones.

Quien quiera disolver el yo tiene que empezar por no ser mentiroso.

Todas las personas son mentirosas consigo mismas, todo el mundo se miente a sí mismo.

Si queremos conocer la pluralidad del yo y nuestras perennes contradicciones, debemos no auto-engañarnos, la gente se auto-engaña para no ver sus contradicciones íntimas.

Es necesario conocer nuestras eternas contradicciones para descubrir la pluralidad del yo y disolverlo.

Todo aquél que descubre sus íntimas contradicciones siente vergüenza de sí mismo con justa razón; comprende que no es nadie, que es un infeliz, un miserable gusano de la tierra.

DESCUBRIR NUESTRAS PROPIAS CONTRADICCIONES………

Descubrir nuestras propias contradicciones íntimas es ya un éxito porque nuestro juicio interior se libera espontáneamente.

El hombre que es guiado por la voz de la Conciencia marcha victorioso por el camino recto.

Todo hombre sometido al juicio interior se convierte de hecho y por derecho propio, en un buen ciudadano, en un buen hermano, en un buen padre, etc., etc.

Para conocer nuestras íntimas contradicciones es necesario auto-descubrirnos.

Quien se auto-descubre puede trabajar con éxito en la disolución del yo pluralizado.

Las íntimas contradicciones se fundamentan en la pluralidad del yo.

Las tremendas contradicciones que cargamos dentro, nos amargan la vida lastimosamente.

Somos obreros y queremos ser potentados, soldados y queremos ser generales, pensamos en conseguir una casa propia y luego que ya la conseguimos la vendemos porque nos cansa y queremos otra, o deseamos viajar, con nada estamos contentos, buscamos la felicidad en las ideas y estas también desfilan y pasan, buscando la felicidad en la convivencia, con las amistades que hoy están con nosotros y mañana contra nosotros y vemos que todo eso es ilusorio.

Nada en la vida puede darnos felicidad, con tantas contradicciones somos unos miserables.

Es necesario acabar con el yo pluralizado sólo así podemos acabar con el secreto origen de todas nuestras contradicciones y amarguras.

Quienes ya disolvieron el yo poseen de hecho un Centro Permanente de Conciencia.

Son muchos los que quieren entrar por el camino de la auto-realización íntima, pero son pocos los que pueden ver el camino.

En el mundo existen muchas escuelas y sistemas y muchas gentes que viven mariposeando de escuelita en escuelita, siempre llenos de íntimas contradicciones, siempre insatisfechos, siempre buscando el camino y no lo encuentran aun cuando esté muy cerca de sus ojos; El yo pluralizado no les deja ver el camino de la verdad y de la vida.

El peor enemigo de la iluminación es el yo.

Se le preguntó a un Maestro: ¿Qué es el camino? ¡Qué magnífica montaña! Dijo, refiriéndose a la montaña donde tenía su retiro. “No os pregunto acerca de la montaña sino acerca del camino”, “Mientras no puedas ir más allá de la montaña, no podrás encontrar el camino” replicó el Maestro.

“Otro monje hizo la misma pregunta a este mismo Maestro. La respuesta fue: Allá está justo delante de sus ojos”. ¿Por qué no puedo verlo? “Porque tienes ideas egoístas” ¿Podéis verlo señor? “Mientras tengas una visión dualista, y digas: yo no puedo -y tú puedes-, y así por el estilo, tus ojos estarán obscurecidos por esta visión relativa”.

El yo puede también hacer buenas obras y ganar muchos méritos que mejoren su carácter psicológico, pero jamás podrá llegar a la iluminación.

Debemos buscar la iluminación, que todo lo demás nos será dado por añadidura.

Es imposible llegar a la iluminación sin tener un Centro Permanente de Conciencia.

Es imposible tener un Centro de Gravedad Permanente sin haber disuelto el yo pluralizado.


samael aun weor